Cada vez es más común ver papás que se hacen cargo de la casa y de los hijos mientras mamá es la que sale a trabajar y la que sostiene económicamente a la familia, una tendencia que continúa en aumento, ¿por qué?

Hay múltiples razones por las que una pareja decide dejar de lado lo tradicional y acuerda que sea papá quien se quede en casa con los niños y mamá quien salga a trabajar, pero hay dos razones principales:

El dinero

Cuando trabajan ambos papás en muchos de los casos lo hacen porque necesitan de ambos ingresos. Sin embargo, esta lucha por ganar más también aumenta los costos de la familia, tanto los relacionados con el trabajo (ropa, transporte, comidas fuera de casa) como la guardería o estancia de los hijos o una persona que ayude con las tareas de la casa.

Aunque todavía es común que las mujeres ganen menos que los hombres, hay mujeres que ganan más que su pareja y a veces hasta resulta más beneficioso que sólo ella trabaje, conservando el ingreso más alto.

Los intereses de cada miembro de la pareja

Simple y sencillamente, hay mamás apasionadas por su trabajo que prefieren salir todos los días a hacer lo que les gusta, y papás que disfrutan tanto estar con sus hijos que prefieren quedarse con ellos y ocuparse de la casa.

Esto no hace más o menos a ninguno de los dos y es perfectamente normal y aceptable cuando la pareja trabaja como equipo y llega a acuerdos como éste que, aunque no son tradicionales, son lo que los hace felices.

Ser un papá que se queda en casa no quiere decir que puede levantarse tarde y pasar el día entretenido en sus hobbies, pues son las actividades de los niños las que establecen la agenda del día. Es importante que se reconozca que tanto los papás como las mamás que se quedan en casa realizan un trabajo importantísimo y nada ligero.

Cuando un papá deja su trabajo y se queda en casa

  • Deja de contribuir financieramente, lo que para algunos puede ser difícil de asimilar y destapa inseguridades. Que deje de llevar dinero no quiere decir que deje de contribuir, simplemente lo hace de forma diferente, aunque igual de valiosa.
  • Cambian sus responsabilidades, no quiere decir que ahora no haga nada. Se convierte en un papá de tiempo completo que además de hacerse cargo de llevar y traer a los niños, tiene que cocinar, limpiar, hacer las compras y cumplir con todas las responsabilidades de la casa.
  • Reduce su interacción con los adultos y sus temas de conversación con ellos probablemente cambian. Independientemente de lo mucho que disfruten estar con sus hijos, algunos papás (al igual que las mamás que están en casa) pueden llegar a sentirse solos.
  • Como si lo anterior fuera poco, un papá que se queda en casa además tiene que lidiar con los estereotipos y las críticas en ocasiones negativas. Por ello es muy importante prepararse con una mentalidad positiva y aceptar este “nuevo trabajo” como el trabajo más importante, para superar todos los retos, ser feliz en el nuevo rol y disfrutar al máximo los beneficios de ser un papá que se queda en casa.

Aunque para algunos papás los puntos anteriores pueden resultar abrumadores, un papá que se queda en casa incluso los disfrutará por tener la oportunidad de pasar más tiempo con su familia.

El mundo cambia constantemente y también lo hacen los roles de hombre y de mujer. Los papás que se quedan en casa son cada vez más ya sea por necesidad económica o simplemente porque les gusta.

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